Papel del farmacéutico en pieles agredidas post-tratamientos dermoestéticos

Durante los últimos años, ha habido una gran evolución de tecnologías relacionadas con la dermoestética y la dermofarmacia, lo que ha generado una gran demanda de éstas por parte de la población, de hecho una encuesta realizada a 104 dermatólogos ha revelado que casi el 65% de ellos realiza tratamientos dermoestéticos. Todos estos tratamientos necesitan unos cuidados especiales posteriores pues la piel resulta bastante agredida, y es aquí donde el farmacéutico puede asesorar al paciente para una correcta recuperación.

Como ya te hemos indicado, los tratamientos dermoestéticos son altamente agresivos para la piel ya que suelen dañar completamente la epidermis y en algunos casos llegan incluso a afectar la dermis. Por este motivo, es especialmente importante extremar los  cuidados de la piel tras someterse a estos tratamientos, punto en el que el consejo farmacéutico tiene un papel muy importante.

Así pues, el farmacéutico debe implicarse con el paciente para informarle y recomendarle qué productos debe utilizar, cuándo y de qué manera. Seguir todos estos cuidados será fundamental para la favorable regeneración de la piel, evitando así posibles efectos secundarios y secuelas.

El consejo farmacéutico en pieles agredidas post-tratamientos dermoestéticos deberá estar centrado en los cuatro puntos siguientes:

1. Higiene

La higiene es un punto crucial para evitar infecciones. Los primeros días se realizarán lavados con suero fisiológico (en procedimientos más agresivos o que hayan producido una herida), posteriormente con agua tibia (no irrigar directamente) y syndets o jabones dermatológicos, sin detergentes aniónicos fuertes, con pH de la piel 5,5; el secado se realizará con toallas o gasas de algodón sin frotar.

En caso de heridas se aplicará antiséptico (clorhexidina) y, llegado el caso, siempre que sea por prescripción médica, se aplicarán cremas antibióticas o corticoides según indique el caso. La zona tratada será manipulada lo menos posible para evitar contaminación y siempre han de lavarse las manos antes de aplicar una crema.

Se evitarán saunas, piscinas y baños en el mar durante unas semanas o meses, dependiendo de la intensidad del tratamiento.

2. Regeneración dermotisular

En las fases iniciales la aplicación de frío local mejora mucho la sensación de dolor y la inflamación superficial.

En la fase post-cicatrización se recomendarán preparados reepitalizantes, regeneradores de las capas superficiales de la piel y estimuladores de la formación de colágeno, que disminuirán el eritema y el picor, favoreciendo la recuperación de la piel.

Dentro de los preparados reepitelizantes, destacan la centella asiática, la rosa de mosqueta, el ácido hialurónico, el aloe vera y el sucralfato. En el caso de los peelings estos preparados no serán de tipo oclusivo, en los tratamientos del acné nunca tendrán componentes oleosos y en tatuajes no serán opacos para no alterar los pigmentos.

3. Hidratación

Una correcta hidratación es fundamental para regenerar la epidermis dañada. Para lograrla se deberá aportar desde el exterior elementos que retengan agua en el interior de la misma.

Dependiendo del tratamiento realizado y de las características de la piel, se recomendarán preparados de un tipo u otro.

Peelings:

Es preferible evitar hidratantes y maquillajes hasta que no se haya producido el desprendimiento de la costra (aprox. 15 días). Posteriormente, podrán utilizarse hidratantes con ausencia de alcohol, perfumes y pigmentos libres de grasas con fase externa acuosa (O/W). En ciertos casos el dermatólogo puede recomendar apósitos de hidrogel.

Láser:

Desde un principio será necesaria la hidratación. Se recomendarán principios activos con capacidad filmogénica, humectante y oclusiva como los lípidos, ceramidas, aceites ricos en ácidos grasos esenciales, etc. Dichas indicaciones son válidas excepto en el caso de tratamientos láseres del acné, donde la hidratación será exenta de grasas o aceites.

Tatuajes:

Desde que se retira el vendaje se puede hidratar la zona continuamente con preparados muy emolientes, preferiblemente no opacos (sobre todo en pigmentos azules).

4. Fotoprotección

La fotoprotección es fundamental para conseguir una recuperación total y evitar una pigmentación de la piel, que resulta frecuente en este tipo de tratamientos.

En primer lugar, es importante para la eficacia del tratamiento que la piel no esté bronceada. Por ello, se evitarán exposiciones solares previas, es más, se recomienda realizar estos procedimientos en épocas no estivales.

Posteriormente, se evitarán las exposiciones solares directas durante los primeros días (sobre todo, en el caso de post-peeling se recomienda aprox. 15 días). Para salir al exterior se utilizará fotoprotectores de índices altos (50+), amplio espectro (UVA, UVB e IR-A), preferiblemente de pantalla física y sin alcohol, en forma de emulsiones, cremigeles o leches (dependiendo de las características de la zona agredida). También se utilizarán elementos físicos (sombreros, ropa, esparadrapo, etc.) que cubran la zona tratada.

Aunque interfiera en la vida diaria, cuanto más tiempo evite el paciente las exposiciones solares directas, mejor evolucionará la piel. Estamos hablando de meses e incluso años.

Para más información consulta el ebook:  ¿Qué sabes sobre agresiones en la piel post-tratamientos dermoestéticos?

Autor: Redacción

Referencias: Adaptado de “Dermo-ficha de actualización nº2” de “¿Qué sabes sobre agresiones en la piel post-tratamientos dermoestéticos?” por María González-Velasco Calderón (Farmacéutica comunitaria y miembro de la comisión de Dermofarmacia del RICOFSE).

Fecha de la última modificación: 27/07/2017