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Venturas y desventuras en una farmacia: 1983 ¿qué pasa con las recetas?
Escrito por: Enrique Granda
08/02/2016
Seguimos desgranando el libro del Dr. Enrique Granda: Venturas y desventuras de una farmacia, que podéis encontrar completo en la Farmateca de El Club de la Farmacia, en este enlace. En esta ocasión, nos trasladamos a los años ochenta para aprender que fue en esa época cuando nació el código nacional de los medicamentos y que eran los años del cambio y de la conciencia social junto a la entrada del consumo de las drogas, particularmente de la heroína.
Y llegó 1983, el año de la renovación. Me casé —con Pedro, claro— y reformé la farmacia. La verdad es que la mayoría de las oficinas de mi entorno estaban entonces inmersas en reformas. La gente quería diseño y no podía quedarme atrás.
Encargué a un arquitecto amigo, recién licenciado, un establecimiento a la medida de los nuevos tiempos en los que el socialismo nos ofrecía un nuevo horizonte. Mi pareja —éramos modernos y queríamos cambiarlo todo— tenía buenos contactos en el mundo del diseño, y lo cierto es que la farmacia nos quedó de fábula con las nuevas cajoneras correderas… ¡qué gran invento! Todo en colores suaves, pero con un toque de neón y un gran escaparate en el que echamos el resto.
En cuanto a los cambios, creo que por entonces se implantó el código nacional, más poco o nada se modificó en nuestra forma de gestión y seguíamos teniendo problemas. Las recetas caían después de muchos años de aumentar y las drogas, particularmente la heroína, se habían convertido en un problema generalizado en mi barrio. Yo lo que hice fue convertirme en la farmacia de referencia para las familias en las que había algún problema con las drogas… y realmente creo que hice una gran labor aquellos años… que hoy todavía recuerdan algunos de mis pacientes.
Lo cierto es que me vine arriba con el rechazo constitucional a la libre apertura de farmacias, que hubiera cambiado el modelo sin ningún beneficio para los pacientes. Tenía confianza en el futuro y por ello me gasté en la reforma el dinero que debería haber guardado para tiempos peores. Pero eran los años del cambio y de la conciencia social. Por aquellos tiempos acudíamos a todas las reuniones que convocaba el Colegio y participábamos en todos los debates.
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