Soy farmacéutica, ¿Y ahora qué?

Escrito por: Redacción Club de la Farmacia
22/07/2018
Club de la Farmacia - Blog - Atención farmacéutica|Gestión

Me dispongo a escribir -otro modo de compartir- todo el huracán interno que viví al acabar la carrera y me doy cuenta de un dato importante: yo no he acabado la carrera. Como puedo pensar que he acabado la carrera si cada vez que entro en PubMed y leo cualquier paper que no es de mi campo (por ejemplo, sobre la inflamación intestinal) me entra pánico al ver que no sé nada. Parafraseo a Sócrates y pienso que efectivamente “Solo sé que no sé nada”. Sin embargo, cuando recibo Whatsapps con resultados de análisis, recetas o prospectos y ayudo a mis familiares y amigos ellos no piensan que sea Sócrates, ellos piensan que soy Dios.

Me gradué en farmacia, eso sí. Fui a buscar el título hace poco más de un año -te lo guardan un montón de tiempo, me imagino una salita subterránea en plan “Cementerio De Los Libros Olvidados”-. Le dije a mi madre que no lo enmarcara porque me parecía un acto prescindible. Cuando volví a casa de mis padres y me lo encontré sin enmarcar monté en cólera al verlo allí enrollado tal y como lo había dejado.  Dios mío.  -¡Con lo que me ha costado!- No paraba de repetirlo unos cuantos decibelios por encima de los que se me escucha habitualmente.

Después de una buena bronca madre-hija mi progenitora lo enmarcó alegremente. Cuando duermo en casa de mis padres lo miro atentamente y me avergüenzo de mi firma. Por suerte las recetas las firmo con una «M» gigante que esconde mi nulo talento en hacer garabatos.

Mirando el título me vienen recuerdos muy agradables.  Me acuerdo de las sesiones de estudio con mis amigas de Mallorca donde volaban los botes de Nutella mientras nos jurábamos que haríamos dieta después de exámenes.  -Pero, ¿Y si cateamos y vamos a septiembre? – Se preguntaba María José. Marta animaba a probar el ayuno intermitente y la cetosis estudiada en bioquímica. Por muy cómico que suene mis amigas de Mallorca y yo hemos acabado estudiando también la carrera de nutrición, y esta vez, sin Nutella. Ahora hacemos experimentos con cacao puro y dátiles, todo un manjar. Recordando las sesiones de estudio no puedo pasar por alto las clases del doctor A. Del Pozo y del doctor J. Camarasa. Aquello no eran clases, aquello eran unas perfomances.

También me vienen a la cabeza momentos muy duros en los que he pensado que no estaba en el sitio donde me tocaba estar. Farmacia es una carrera difícil que implica muchas horas de estudio y muchísimas horas de prácticas de laboratorio. Esto solo lo sabemos nosotros y nuestros codos. Pese a estar dentro del plan Boloña sigue durando 5 años. Ni Sócrates ni nadie la pueden hacer en menos tiempo, 5 años y punto.  Este pensamiento ha estado también presente en algunos episodios donde me he sentido poco valorada.

Tu carrera profesional empieza en quinto. En quinto entre otras muchas cosas has hecho el trabajo de final de grado y las prácticas tuteladas. Llegados a este punto, representa, según la sociedad moderna que tienes que elegir un camino y tenerlo claro. No voy a decir camino, lo llamaré “decision tree”, es un término que me enseñaron hace poco y queda más profesional. Este “decision tree” o más bien “decision forest” se desglosa en las siguientes salidas profesionales: Industria farmacéutica, Farmacia hospitalaria, Investigación y docencia, Oficina de Farmacia y Marketing farmacéutico o similares (puedes, por ejemplo, escribir artículos de salud).  Te dirán que tienes que elegir un camino, concentrarte y seguir adelante. Pero entonces mi huracán se acuerda de todos los conceptos que reposan en mis libros favoritos. Me acuerdo de Ítaca, de Machado, de Hermann Hess, de Kerouac, y hasta me acuerdo de “El Principito”. Por eso yo digo “decision Forest” y no “decision Tree”. También le podríamos denominar “arbusto” pero entonces os reiríais de mi provincianismo.

De estas 5 salidas profesionales yo he hecho 3. A todo este «Decision Tree» también le he añadido una nueva rama: en enero de 2019 también seré nutricionista. Otro título para enmarcar.

Quiero dejar claro que todo esto trata de ser feliz. Creo que la gente feliz es la que es más creativa y productiva. Es la que más tranquiliza a un paciente -en caso de dedicarse a oficina de farmacia o farmacia hospitalaria-. Es la que más artículos lee porque está contenta y satisfecha con su trabajo y, por consiguiente, es la que más conocimientos tendrá -en todas sus salidas profesionales-. Con la gente feliz es con la que se trabaja más a gusto. Seréis felices cuando veáis vuestro nombre publicado en un paper -si habéis elegido la investigación como salida profesional-. Cuando un paciente pregunte por vosotros habrán valido la pena todas las horas de estudio y todos los sacrificios. Cuando después de horas, días y meses visualicéis un IR de vuestra molécula -en el caso que os dediquéis a la industria- lloraréis de alegría. Seréis muy felices cuando vuestros pacientes salgan del médico y lo primero que hagan es preguntaros que os parece su tratamiento. Por todos estos motivos merece la pena replantearse el “decision tree” muchas veces.

Podéis tirar adelante y atrás tantas veces como hagan falta, esto es la vida. Lo que si tenéis que hacer es una vez elegido el “tree” trabajarlo a fondo. No diré que hay que intentar ser el mejor porque suena muy pretencioso y agobia un poco. Intenta replantearte lo que ya sabes, duda, pregunta, curiosea, aprende algo nuevo cada día. Matricúlate siempre a cursos y no dejes de aprender, no pongas excusas que muchos son gratuitos. Piensa en lo que te hace feliz de tu trabajo diario. Analiza tus respuestas y así verás si estás donde te toca. Dibuja las veces que quieras tu «Decision Forest», es tu vida.

Estoy pensando unas líneas para concluir este striptease emocional y no se me ocurre ningún desenlace para un texto que trata sobre el inicio de una carrera profesional. Podría citar a Confuncio: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida” pero a estas alturas ya habréis leído esta frase mil veces y no quiero caer en la repetición. Me despido deseando que tengáis un futuro profesional lleno de éxitos. Os deseo serenidad cuando estéis arriba de todo -por ejemplo, cuando visualicéis el IR de una molécula- y también os deseo mucho coraje cuando no encontréis la salida. Sed felices y comed perdices.

Maria Real, Farmacéutica.

Fecha de la última modificación13/12/2018

0 Comentarios

Regístrate para dejar tu comentario

Accede al Club